El Gran Canaria resuelve el trámite granadino y espera por el milagro

Los equipos guardan un minuto de silencio por Angel Luis Tadeo. ACB-PHOTO

Los amarillos siguen a las puertas de la clasificación para la Copa



Green anota ante la defensa de Kurz. ACB-PHOTO

 Juan Pedro Borrego

Parecía que otra vez el colista se iba a subir a la 'chepa' del Gran Canaria en su pabellón. Sin embargo, el conjunto de Pedro Martínez mantuvo su superioridad en el tramo final del partido, y con un parcial 22-14 en el último cuarto se endosó la octava victoria de la temporada y se queda, con ello, a las puertas de la clasificación para la fase final de la Copa del Rey. De los ocho primeros, sólo el Fuenlabrada parece flaquear, pero para alcanzar al equipo madrileño, el Granca necesita un milagro en las dos últimas jornadas, ganar un partido más que el conjunto peninsular en las dos fechas que restan por disputarse de la primera vuelta, pero con el handicap para los insulares de tener que afrontarlas como visitante en las pistas del Power Electronics Valencia y del Unicaja de Málaga.

La clasificación y las circunstancias ofrecían dos versiones diferentes sobre la previa del partido de la décimo quinta jornada para el Gran Canaria. El colista de la ACB debía ser presa fácil para el conjunto amarillo en su cancha, pero los precedentes de semanas anteriores, y la imposibilidad de recuperar a Spenser Nelson para la fecha, comprometían mucho el desenlace final del choque con el conjunto del ex técnico del Granca, Trifón Poch, acosado también por los problemas en la posición de base.

Y aunque empezó bien el encuentro para el equipo local, pronto se verían sus deficiencias ofensivas cuando en las rotaciones Pedro Martínez deja desierta la referencia ofensiva del equipo y el Granada aprovechó la coyuntura para estrechar los márgenes en el marcador. El partido, contrario también a lo que se podía prever, se movía a una velocidad anotadora importante, aunque para desconcierto local, si que su estrella anotadora, Jayce Carroll, hiciera acto de presencia ofensivamente. Pero al margen de ello, el Gran Canaria pagaba bastante caro el dibujo de juego que había dibujado los andaluces y ciertas interpretaciones caprichosas del trío arbitral. Su pívots se cargaban muy pronto de faltas, pero aún así, el marcador señalaba al descanso la máxima diferencia de los primeros veinte minutos (46-37).

Pero si algo ha preocupado a Martínez en las últimas fechas son los finales de partido de su equipo y la incapacidad de sus jugadores para negociarlos con inteligencia. De esta manera, se temía mucho por la victoria cuando en el ecuador del tercer cuarto, el Granada reducía las diferencias a sólo dos puntos, 56-54, y Martínez tenía que hacer encajes de bolillos para distribuir el tiempo y la carga de faltas personales en sus pívots. Aunque para desahogo local, no eran menores las dificultades de su colega Poch en la posición de base, donde el recién llegado, Panchi Barrera, se veía obligado cursar la mayor parte del encuentro.

FINAL PLÁCIDO

Fue por eso, que el Granca, dirigido por un incomprendido e injustamente tratado por la grada Tomás Bellas, puso la directa y estiró las rentas para alcanzar un final de partido plácido en el que se llegaron a dar rentas de hasta 18 puntos (82-64) y en el que Carroll arregló sus estadísticas para terminar como el máximo anotador del partido para su equipo, con 21 puntos, por delante de un Charles Judson Wallace, que fue sin duda la estrella local rozando unas nuevas dobles figuras para él.

La peor noticia para los locales fue la retirada al final de Bellas, con un golpe en la rodilla derecha. Hoy los médicos verán el alcance de la lesión.

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